domingo, 23 de mayo de 2010
Uno puede llegar a perderse, en cada milimetro de lugares apresados en el intervalo
de un disparo...
de tiempos varados.
Y a pesar de lo estatico el alma captada sigue en movimiento con un millar
de emociones depositadas en el instante junto en el cual
el mundo brillaba.
La bruma se ha abalanzado sobre la escalera estatica, y en el primer centelleo
de la tarde ha quedado suspendido sobre las calles desiertas, eternas.
El otoño se desvanece bajo sus propias pasiones de frutos encarnados,
suspendidas con el ultimo alo de vida se han mecido sobre la mañana...
y las nubes son la madeja del mundo, sobre un pueblo añejo de recuerdos, de historia...
...de Pedro Bernardo y sus gentes.
Iransugue Eternia (Laura Butragueño)
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